Leyendo acerca del completo fracaso del proyecto de Capitalidad Europea de la Cultura en 2016, la próxima desaparición del servicio de Talgo RENFE entre Madrid y Cáceres, la más que probable postergación “ad eternum” del aeropuerto, los juegos que se traen con El Corte Inglés y el cierre de varios emblemas del ocio cacereño (Golden, Gran Café, etc…), me atrevo a pedir sin complejos las transferencias en materia de transporte y gestión de los recursos energéticos para Extremadura ya, y que nuestros políticos empiecen a gestionar nuestros propios trenes, nuestras centrales, nuestros residuos y otras vergüenzas.
En Barcelona (por ejemplo) en el ámbito del transporte están hace tiempo los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya, el Metro y las Cercanías de RENFE (que están siendo ahora también transferidas), hay tres aeropuertos a menos de una hora (El Prat, Girona y Reus) e innumerables autovías y autopistas de peaje y de no-peaje. A la hora de desplazarse cada uno elige qué servicio usar.
No podemos andar dependiendo de empresas de fuera de Extremadura para que nos hagan el “favor” de no incomunicarnos. Es vergonzosa la falta de comunicación entre los principales núcleos urbanos extremeños, por no hablar de la de éstos con puntos cardinales como Madrid, Lisboa, Sevilla y Salamanca (destinos equidistantes, más o menos, de Cáceres y con desigual fortuna en materia de comunicaciones).
O se invierte en la independencia infraestructural, energética y económica o estaremos siempre vendidos. Es muy cómodo que “papá” nos pague el tabaco, las copas y la ropa y quejarnos además porque no nos llega para el BMW serie3. Dejemos de ser adolescentes regionales. Extremadura no es una región (hoy por hoy) madura, es sólo una región “Ni-Ni”
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